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28. Bendice, ¡Oh Alma Mía
!Bendice, ¡Oh alma mía! a Jehová tu Dios, y no te olvides de ensalzar su Grande Amor. Pues El te perdonó tu mucha iniquidad; y al ver tu angustia y contrición, te dio su paz.
II
Tu vida rescató de la condenación; y te corona de favor y bendición. Él quiere enriquecer tu vida espiritual; en alas de esperanza y fe remontaras.
III
Un miserable soy, indigno pecador, más por la fe en mi Salvador, mi Padre es Dios. su Espíritu obra en mí y no me dejará; al acabar mi vida aquí veré su faz. Amén.
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